El revuelo que se armó a nivel mundial el pasado martes 21 en twitter, la red de mensajería instantánea, comenzó en las oficinas de una juguetería de Sevilla. El culpable: Rafa Vargas, sevillano de 24 años.
Este trabajador y estudiante de ingeniería informática descubrió la cuenta de un japonés (RainbowTwtr) que en agosto encontró la forma de poner en colores los tweets o mensajes de 140 caracteres. Vargas quiso dar un paso más, incrustar códigos y experimentar. "Salió a la segunda", explica.
Quería hacer una prueba
"Lo que hice fue una prueba de concepto experimentado con la vulnerabilidad de twitter". Rafa creó un gusano de cross-site scripting que hacía que cada vez que un usuario pasara el ratón por encima del tweet infectado, saliese un mensaje emergente que decía "Hola". Carlos, su compañero de trabajo, retuiteó el invento, que comenzó a extenderse entre sus amigos. "Lo que yo hice era inofensivo", asegura Vargas.
No existía peligro hasta que Sophos Graham Cluley, una gran empresa de seguridad informática, difundió lo ocurrido con una foto del twitter de Carlos sin pixelar el nombre. Entonces empezó la pandemia mundial que afectó a unos 200.000 usuarios. "La gente comenzó a buscar la manera de hacer daño" y a enlazar los tweets a páginas porno, entre otras cosas", dice Carlos. El virus generaba mensajes incompletos y ventanas emergentes en diferentes colores sin sentido, y se propagaba masivamente. Hasta el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, se vio afectado. Rafa afirma que "el equipo estuvo muy ágil solucionando el problema", pese a que tardaron entre 6 y 8 horas. "Supieron cómo capear el temporal, si no, esto hubiese acabado muy mal". Twitter, que ya tuvo el mismo problema en 2007, no se ha puesto en contacto con ellos.
Vía: ADN
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